Los domadores llevan una silla cuando entran en la jaula de los leones. La sostienen por el respaldo y apuntan con las patas de la silla, la cara de la fiera. Esto genera que el animal trate de centrar su atención en las cuatro patas a la vez, provocando una especie de parálisis que lo vuelve dócil, débil e incapaz, solo porque su atención está fragmentada, ¡no fuerza! Esa está está intacta.
Así mismo nos pasa a nosotros cuando tenemos demasiadas prioridades; si nuestra atención está puesta en muchas cosas a la vez, nos paralizamos.
Lo que llama nuestra atención determina nuestra acción, lo terrible es cuando muchas cosas nos llaman la atención. Demasiadas prioridades terminan domándonos, convirtiendo la fuerza y la habilidad que tenemos en un gran espectáculo de circo.
Eclesiastés 3:1 Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo.
El «Sukot» nos recuerda que todo proviene de Él y que somos peregrinos en la tierra, que no es necesario cargarse por obtener casas y objetos de valor. El cuidó de los suyos 40 años en el desierto, donde las vestiduras y calzados no se desgastaron. NUESTRA PRIORIDAD ES DIOS, en Él está nuestra mirada, Él sostiene nuestros días y a nuestras generaciones.
Jordán Solis – CCA Ciudad de Luz